domingo, 20 de julio de 2008

Hace tiempo era una niña-mujer que se enamoraba de un cualquiera que le regalara un suplicio de cariño, una mirada vaga pero con algún rastro de humanidad; me entregaba húmeda a los deseos ajenos, esperando un abrazo con una susurrante frase cálida, que me hicieran creer lo que yo nunca he podido: Eres “hermosa”, así con tan pocas palabras, me bastaba para aventurarme por las calles con cualquier desconocido, hartarle con mis gemidos y decir todo aquello que ansiaba escuchar de alguna mujer, desesperada buscaba un padre, un dueño capaz de mitigar con pasiones volátiles el acceso a todos mis recuerdos infantiles, humillantemente voraz me adhería a cada apetito hasta vomitarle mi desgraciado pasado, callada hubiera sido más bella, pero también les regale los escombros de los mounstros vaginales, para que con su semen blanquearan la escoria del ultraje, luego estos me abandonaron por que ya no tenia nada, ni siquiera a mi misma, repudiada me hundí en una tina, a lavar mis impurezas tantas veces como fui violada, a través de las pompas de jabón me sentía podrida, demente alcoholizada con perfumes de tocador, pero terriblemente sucia, me frotaba y me frotaba hasta sangrar en carne viva, el olor a sexo penetrante no se iba, en un frenesí suicida me corte las venas de donde brotaron burbujas sangrantes y me desvanecí en un charco de espuma.

No hay comentarios: